Vida escolar y conflictos (II)

Hay distintas maneras de actuar ante los enfrentamientos que surgen en las familias, con muy diversos resultados, aunque no existe la solución perfecta.
 
La manera más efectiva de educar es respetar a los demás, cumplir ciertas normas, enseñar a convivir, compartir, aprender a ganar y perder y, tener paciencia con los más pequeños o débiles.
Algunas premisas que los padres han de tener en cuenta:
  • Estar convencidos de su capacidad como padres para intentar resolver los problemas.
  • Mantener siempre abiertos los canales de comunicación.
  • Reconocer, en las discusiones, que todos tenemos nuestra responsabilidad y posiblemente parte de razón.
  • Poner en común las necesidades de cada uno, partiendo del conocimiento de sus características individuales.
  • Aprovechar nuestra visión de futuro para hablar de objetivos (qué nos gustaría conseguir).
El conocimiento de las peculiaridades de cada hijo y sus circunstancias, el sosiego y el autocontrol de los padres, el sentido del humor, unido al cariño, son condiciones que ayudan enormemente.

Las sugerencias que a continuación se proponen pueden ser útiles ante cualquier altercado o problema.

Identificación del problema con sinceridad y objetividad
  • Reconocer que existe, recabando el máximo de información ¿cuándo y cómo ha surgido?, ¿soy el responsable?…
  • Requisitos básicos son: la sinceridad, la serenidad, la objetividad y la flexibilidad
Buena disposición al dialogo
  • Buscar el momento oportuno y el lugar idóneo
  • Escuchar con atención, respeto y sin interrumpir todas las intervenciones, evitando los malentendidos
  • Dar oportunidad a las preocupaciones e intereses de las partes
  • Cuidar las palabras y los gestos, que pueden producir animosidad y delatar nuestros sentimientos
  • Tratar de entender todos los puntos de vista mostrando comprensión y poniéndonos en su lugar (empatía)
  • Centrar el tema obviando divagaciones
  • Preguntar, sin que suene a interrogatorio, para mejorar el conocimiento, de sus preocupaciones y deseos
  • Demostrar empeño en lograr entre todos una solución satisfactoria

Propuestas y evaluación de alternativas

  • Evitar una única alternativa. Cuantas más aparezcan, más probabilidades de encontrar la mejor.
  • Ser creativos, “no importa que la idea parezca extravagante, exponla”.
  • Incorporar las partes positivas de las distintas iniciativas.
  • “Vender” sus beneficios de forma que motive y estimule
  • Considerar las posibilidades de llevarlas a la práctica
  • Retomar las que hayan funcionado en ocasiones anteriores
Acuerdo y seguimiento
  • Comprobar que la solución aceptada se lleva a la práctica
  • Definir en qué consiste el compromiso y el grado de responsabilidad de cada uno.
  • Especificar cómo y cuándo actuar.
  • Contar con recursos para superar las dificultades que se presenten.
Ventajas de dialogar y llegar a acuerdos
  • Permite que padres e hijos profundicen en el análisis y comprensión del problema
  • Se activa la capacidad de la familia de encontrar soluciones
  • Acercamiento a los hijos al tener en cuenta su opinión
  • La intervención de todos los miembros genera más alternativas
  • La reflexión compartida facilita el acuerdo
  • Aumenta la motivación y el interés de los hijos
  • Disminuye el mal ambiente, no hay rencor y aumenta el reconocimiento mutuo
  • Al intentar resolver las dificultades de y con los hijos, es probable que, por reciprocidad, a éstos les sea más fácil entender el punto de vista de sus padres.
  • Resolver disputas en familia está íntimamente unido con la calidad del cariño, la motivación mediante el elogio, la regulación de la vida en común mediante la aceptación de normas y límites y la educación para la autonomía.

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