¿Estoy quemado?

El término Burnout hace referencia a un tipo de estrés laboral e institucional generado en profesionales que mantienen una relación constante y directa con otras personas, máxime cuando ésta es catalogada de ayuda (médicos, enfermeros, profesores…),  y su origen se basa en cómo estos individuos interpretan y mantienen sus propios estadios profesionales ante situaciones de crisis.
¿Es posible prevenir el estrés laboral?, ¿se puede llegar a una solución de compromiso entre estrés y trabajo?, ¿es posible trabajar con elevada presión sin quemarse?, o por el contrario ¿todos los trabajadores están abocados a acabar estresados y quemados?
La cuestión no es sencilla, ya que se trata de manejar variables humanas complejas, como son la capacidad de rendimiento, adaptación y aprendizaje, las costumbres, la preparación, las relaciones, las condiciones laborales, las normas y rasgos de las organizaciones, etc.
La prevención y el tratamiento del burnout se basa en realizar las adaptaciones y cambios apropiados en los siguientes niveles: individual, social, institucional y terapéutico.
1. El manejo individual
Se fundamenta en dos principios:
Trabajar mejor en vez de trabajar más: lo cual significa:
Establecer objetivos realistasno pasarse de utópico ni de ingenuo trabajando.
Hacer la misma cosa pero de distinta manera: para lo cual lo mejor es aplicar el ingenio, la ilusión y la curiosidad, tres recetas esenciales para no aburrirse, no caer en el «adocenamiento», y mantener firme el orgullo profesional.
Aprender a tomar los asuntos con cierta distancia: lo que significa que es necesario implicarse, pero no perder nunca los límites ni el control sobre lo que se hace.
Obligarse a pensar antes de actuar: significa aprender a evitar la rutina y el tedio que lleva consigo. Obviamente es bueno aprender a utilizar sistemas de trabajo protocolizados, lo que ayuda a trabajar con más calma y alta eficiencia sin demasiado esfuerzo, pero si no se siente uno autor y actor de los mismos, se corre el riesgo de convertirlos en mera rutina y eso es malo, es aburrido y decepcionante.
Hacer pausas y no prolongarlas más de lo debido: como dice dicho popular «en todos los trabajos se fuma», y luego cuando se acaba se acabó, sin caer en las prolongaciones indefinidas de los que no saben dejar de trabajar, casi siempre por inseguridad en sí mismos, ni en las escisiones bruscas, de los que dejan de ser médicos cuando salen del centro de Salud.
Cuidarse a sí mismo además de a los otros: que se traduce a nivel práctico en:
Acentuar aspectos positivos de lo que se hace: alguno tendrá el trabajo, por muy malo que parezca, evitando así las actitudes de desesperanza, desconsuelo y desmoralización. La visión exclusivamente negativa de lo que uno hace acaba convirtiéndose en una visión negativa de lo que uno es, y eso es muy malo.
Conocerse y fiarse de uno mismo: de las propias cualidades y recursos, pero hay que hacerlo en tono realista y no en plan narciso inconsecuente, ni tampoco en plan depresivo autoculpabilizante. Pensar que conocer los propios límites es la mejor forma de proponerse el mejorar las habilidades (estudiar) y también saber pedir ayuda cuando sea preciso.
Cambiar alguna vez de tipo de trabajo, de cargo o al menos de destino: aunque al principio pueda dar miedo por el esfuerzo de adaptación, o aunque cueste dejar el sillón del «jefe», siempre es muy recomendable hacerlo, es una cura de higiene mental y humildad afectiva.
Entrenarse en la solución de problemas, en la asertividad y en el manejo del tiempo.
2. El manejo social 
Los aspectos de la vida social de las personas son fundamentales para mejorar o, por el contrario, complicar los asuntos laborales.
En primer lugar está todo lo referente a la vida privada. Es esencial mantener en buenos términos la relación con la familia. La familia nos conoce bien, pude detectar si estamos o no estresados, y desde luego se percatarán, sufrirán las consecuencias, podrán ayudarnos si nos ven «quemados».
Dentro de lo social, las actividades de ocio son igualmente importantes, aunque en este caso hay que tener en cuenta que el ocio es útil para descansar, pero que no es todo, ni lo único, hay muchos «quemados» que acaban haciendo de todo menos lo suyo.
La participación en colegios, asociaciones, actividades científicas y para-científicas, etc. suele ser otra excelente recomendación, aunque igualmente debe hacerse con mesura, no sea que uno acabe siendo y haciendo lo que no quiere y tenga el doble de motivos para quemarse.
Por último, dentro de este apartado, es muy recomendable contar con los mejores apoyos, y para eso es recomendable tener en cuenta que «la amistad es la mejor medicina»: un compañero/a de trabajo puede ser además un buen amigo/a en quien confiar, que nos alerte cuando nos vea estresados, y nos sofoque cuando estemos quemados. El burnout nos lleva con frecuencia a enfados con los compañeros y amigos, y hay que evitarlo a toda costa: no confundir el estrés con la animadversión, y no combatir el burnout con riñas y desavenencias.
3. El manejo institucional
En principio, es en esta vertiente del trabajo, en las dificultades organizativas, administrativas, burocráticas, etc. donde casi todas las personas quemadas tratan de encontrar las causas de sus problemas y por lo tanto donde buscan las soluciones. Pero los aspectos institucionales, aunque parezca que son los más fáciles de cambiar, habitualmente son inamovibles, ya que cuando se pretende cambiar algo, enseguida se choca con cuestiones de tipo administrativo o legal, o con repercusiones negativas para otros. No obstante, hay algunas medidas tendentes a mejorar a las personas y no tanto a cambiar las instituciones que pueden llevarse a cabo:
Analizar correctamente la interacción persona – entorno laboral, y hacer los ajustes oportunos. Pero esto no siempre es posible, depende de muchas cosas, tales como el interés de los jefes, la flexibilidad de las administraciones, la organización laboral, etc.
Hacer los cambios oportunos en los puestos de trabajo, siempre que sea posible. Por ejemplo favorecer el reciclado de los profesionales, institucionalizando la formación continuada, estimulando la investigación, etc.
Promover la flexibilidad de los horarios, o las adecuaciones del ambiente laboral, incluso con pequeños cambios, tales como mejorar el espacio, el mobiliario, las dotaciones técnicas, la luz, la decoración, etc.
Procurar evitar la sobrecarga laboral real de los trabajadores más eficientes, evitando la contaminación del su tiempo libre, impidiendo que se «lleven tareas para casa».
Mejorar la relación entre los profesionales y los superiores, lo cual se puede conseguir favoreciendo la buena comunicación, lo que a su vez facilita el que los trabajadores con más riesgo se puedan apoyar en los líderes naturales, lo que mejora la confianza en su capacidad y secundariamente supone una promoción de la seguridad en ellos mismos.
Utilizar métodos de relajación reglados y constantes, pero con ellos ocurre igual que con el deporte, que hacerlo solo «de pascuas a ramos» no sirve para nada, hay que practicarlos con constancia y rigor, lo cual no quiere decir que tenga que ser con dolor y aburrimiento, sino que hay que hacerlo como quien come o duerme, como las buenas costumbres.
4. Manejo terapéutico
Lo primero que debemos sugerir es que se realice con la tutela de un especialista en psiquiatría y/o psicología.
El burnout no es una enfermedad mental, pero sus complicaciones sí lo son, y su diagnóstico suele ser difícil, ya que se confunde con el concepto vulgar de «estrés», y se corre el riesgo de que alguna buena persona, recete un consejo: ¡Tú lo que estás es estresado, y lo que tienes que hacer es relajarte y pasar de todo!; con lo cual te quedas como estabas y además te sientes culpable por no saber hacer eso tan sencillo y bueno que te acaba de recomendar ese gran «conocedor del estrés» que es tu mejor amigo.
Cuando aparecen complicaciones como la ansiedad patológica y la depresión, junto a los abordajes descritos hasta aquí (individual, social e institucional), hay que consultar a un especialista que valore otras opciones.

Prevención y tratamiento del burnout

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