¿Cómo fomentar la autonomía?

Para que nuestros hijos sean autónomos debemos enseñarles a asumir la responsabilidad de lo que hacen, es la manera correcta de ayudarles a ser independientes. Es un largo trayecto que comienza cuando son muy pequeños y continúa hasta que llegan a la edad adulta.
Fomentar la autonomía en nuestros hijos es ayudarles a convertirse en personas responsables ahora y en el futuro. Pero lo difícil es encontrar el equilibrio entre protegerles y permitirles ser autónomos.

Las señales la sobreprotección:
  • El niño no autónomo es aquel que requiere continuamente de la ayuda o incluso la mera presencia del profesor o de un adulto.
  • No hace nada sin preguntar antes.
  • Constantemente recurre a la autoridad para pedir ayuda.
  • Llora frente a cosas sencillas que no logra hacer.
  • Se ve inseguro y se siente poco capaz de realizar sus cosas.
El desarrollo de la autonomía en los niños es fundamental, pues protege de manera directa su autoestima.
Cuanto antes se empiece, más fácil resultará avanzar. Los primero años suelen ser los más fáciles, porque los hijos se entusiasman por hacer cosas por sí mismos y no hay temor en asumir los desafíos, ya que no conllevan consecuencias graves o irreversibles.
Lograr un clima que promueva el desarrollo de la autonomía hace que los hijos:
  • Demuestren seguridad en lo que hacen
  • Defiendan mejor sus criterios y valores frente a la presión de los demás
  • Asuman la responsabilidad de sus actos
  • Tengan una imagen más positiva de sí mismos
La falta de autonomía puede tener unas consecuencias nada deseables en la educación:
  • Se muestran inseguros en lo que hacen
  • Hacen lo que los demás les dicen, aún en contra de sus principios y valores
  • No asumen la responsabilidad de sus actos
  • Tienen que soportar, ya desde pequeños, frecuentes reprimendas por lo que dejan de hacer debido a su dependencia, lo que puede crearles una imagen negativa de sí mismos.
¿Cómo desarrollar la autonomía de los niños?
autonomía.jpeg
Ante todo no hacer por un hijo nada que pueda hacer por sí mismo: si dependen demasiado de nosotros, estaremos retrasando su desarrollo y perjudicándoles. En cambio, cuando permitimos que asuman responsabilidades propias de su edad, les estamos favoreciendo.
Darles la oportunidad de tomar decisiones. Permitirles que decidan en los asuntos que les afectan, es una excelente forma de ayudarles a desarrollar su autonomía e independencia. Por ejemplo, la ropa que ponerse, los amigos con quienes salir, la música que escuchar, los líderes a quienes admirar, etc. Somos conscientes de que, a veces, no resulta fácil aceptar que los hijos tengan ciertos criterios, sobre todo cuando no se asemejan a los nuestros. Por ello, os propongo:
  • Hacerles preguntas para ayudarles a fijar sus objetivos.
  • Mejor darles la opción de elegir
Explicarles lo que queremos, directamente y de forma precisa. En ocasiones, será necesario pedirles que hagan cosas concretas. Si es así, evitemos mandar y preguntar si lo han hecho.
Insistir si es necesario. Es probable que no consigamos las cosas a la primera. A veces, habrá que porfiar e insistir. Es importante que nuestra persistencia no deje paso a la impaciencia o la desesperación, al comprobar que no solo no escuchan sino que “parecen no oír” lo que les decimos.
Expresarles lo que nos afecta. Si queremos que nuestros hijos se hagan cargo del impacto emocional que determinadas situaciones nos producen, resulta crucial que lo noten. Es la mejor manera de que puedan reconsiderar su modo de actuar. Así por ejemplo: “Estamos muy preocupados, angustiados”.
Trasmitirles de manera serena pero firme lo que deseamos que haga, por ejemplo: “nos gustaría que si crees que vas a llegar tarde, nos llames por teléfono”.
Valorarles cuando empiezan a utilizar correctamente su autonomía. Si pretendemos que nuestros hijos asuman responsabilidades y aprendan a utilizar y mejorar su autonomía, hemos de procurar que perciban que reconocemos su esfuerzo y valoramos lo que hacen por defender sus criterios.
No agobiarles con preguntas. Una parcela importante de nuestros hijos es su vida privada, y a los padres no siempre les resulta fácil respetar esos espacios íntimos que nuestros hijos necesitan, sobre todo, cuando les vemos con problemas.
Permitir que asuman las consecuencias de sus actos, aunque no sean las esperadas. Una manera de estimular el desarrollo de nuestros hijos es que acepten las consecuencias de lo que hacen. Hay infinidad de situaciones en las que podemos poner en práctica este consejo.
Dejarles que busquen respuestas y soluciones, por sí mismos. A veces los padres, cuando nuestros hijos nos hacen alguna pregunta o piden ayuda, nos precipitamos a dársela sin más. Si actuamos así les podemos estar haciendo el trabajo y les robamos la capacidad de esforzarse en encontrar una solución.
Es mejor que sean ellos quienes se esfuercen en encontrarla. Algunos padres han encontrado utilidad en tácticas como las siguientes:
A veces puede ser suficiente responderles con una pregunta
Acostumbrarles a buscar apoyos externos
Pedirles a menudo su opinión. Pedir opinión a nuestros hijos es una de las mejores maneras de valorarles y mostrarles consideración. La vida familiar está llena de innumerables oportunidades para solicitar su parecer, es importante y deseable no dejar pasar ninguna.
Comprender sus equivocaciones, ayudándoles a afrontar los errores de forma constructiva. Puede ser útil para la autonomía y autoconfianza de nuestros hijos, facilitar un clima familiar en el que perciban que si se equivocan no vamos a poner el grito en el cielo ni hacer un drama de ello.
Generar un ambiente tolerante con el error no quiere decir, no quiere decir, en modo alguno, que lo estemos estimulando. Por el contrario, lo que pretendemos es afrontar de forma constructiva algo tan frecuente, como inevitable.
La familia que sabe escuchar y comprender, promueve una serenidad y seguridad tal que el propio error se convierte en una oportunidad de aprender y mejorar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*