¿Cómo evitar los conflictos de pareja?

Muchos de los conflictos en la vida de pareja se podrían evitar poniendo en práctica las siguientes conductas emocionales:

Conductas emocionalesjpeg.jpeg

Conducta nº 1: Interpretar de forma positiva el comportamiento del otro
¿Cómo? sustituyendo los diálogos interiores negativos por diálogos interiores constructivos.
Conducta nº 2: Ofrecer y aceptar palabras y actos de desagravio
¿Cómo? si un cónyuge advierte que está siendo muy negativo con el otro debe rectificar cuanto antes. Una forma de hacerlo es reparar el agravio hecho.
También hay que saber aceptar los desagravios. El rechazo habitual de los desagravios por parte de uno de los cónyuges duelo mucho al otro y suele deteriorar seriamente la relación entre ambos.
Conducta nº 3: Aceptar que el otro es diferente y aprender a vivir con esa diferencia
¿Cómo? algunas personas ven como un problema que el otro sea diferente de él o de ella. El problema no es el hecho de “ser diferente”, sino la pretensión imposible de borrar esa diferencia, de llegar a ser iguales.
Conducta nº 4: Saber mantener una discusión sin que acabe en riña
¿Cómo? evitar los momentos malos, las palabras hirientes, las malas ironías, el darle vueltas a lo mismo, el tono de superioridad, el paternalismo.
Por el contrario, es aconsejable: escuchar pacientemente, empalizar con los sentimientos del otro, recordar los sentimientos positivos que se tienen habitualmente hacia el otro, tranquilizarse a sí mismo y tranquilizar al otro, cambiar de tema si se empieza a perder el control de la discusión y aplazarla para otro momento, no prolongar la discusión innecesariamente.
Conducta nº 5: Basar la resolución de conflictos ocasionales no en vencer, sino en llegar a algún acuerdo.
¿Cómo? después de una pelea conviene hablar, no para seguir peleándose, sino para aclarar las cosas y llegar a un entendimiento mutuo, a algún acuerdo acerca de cómo obrar en lo sucesivo. Esto exige apertura al punto de vista del otro y saber ceder en lo que pueda y deba ceder.
Es obligado pisar el propio orgullo y hacer de la conversación no un alegato, sino un acto de amor. Hay que hablar con el otro no porque uno esté enfadado, sino porque se le quiero o porque se le quiere volver a querer.
Para lograr que los pensamientos y sentimientos positivos hacia el otro prevalezcan sobre los negativos es fundamental que entre ellos exista una relación de auténtica amistad. El amigo tiende a interpretar de forma positiva la conducta de su amigo, incluso cuando es corregido por él.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*