La crisis de la adolescencia afecta a todas las dimensiones de su vida: a su vida familiar, de ocio, de estudio, etc. En el tema de los estudios la crisis suele influir negativamente en la motivación y en el rendimiento académico. A partir de ahí el adolescente se cuestiona el sentido y utilidad de los estudios, hasta el punto de pensar, en ciertos casos, en un posible abandono prematuro de los mismos.
La crisis de la adolescencia se convierte así en la crisis del estudiante adolescente. ¿Por qué ser adolescente conlleva un retroceso, que suele ser pasajero, en el estudio?.
- Se encuentra atrapado por su drama interior por lo que los estudios pasan a un plano secundario.
- La pereza habitual del adolescente, relacionada con las transformaciones orgánicas que está sufriendo.
- Está distraído por el mundo exterior: las salidas de fin de semana, las fiestas, los amigos, el interés por personas del otro sexo, etc.
- Su carácter típico (impaciente, cómodo, anárquico) está en el polo opuesto del carácter propio del trabajo bien hecho.
A todo esto hay que añadir que a muchos adolescentes les resulta muy pesada la vida del estudiante:
- Seguir un horario diario de clases y deberes para casa que les ocupa casi todo el día
- Sufrir exámenes frecuentes
- Estar sometidos al control y a las presiones continuas de sus padres, ante quienes siempre estudian poco y no corresponden a las oportunidades recibidas.
Por tanto, los estudios de los hijos enfrentan a los padres con los siguientes retos:
