Adolescencia y tiempo libre

El tiempo libre es visto por el adolescente como una situación y oportunidad imprescindible para actuar más libremente, para estrenar la libertad que acaba de descubrir. El principal interés ahora es conseguir más tiempo libre, pasarlo bien, ser aceptado y tener éxito en el grupo de amigos.
Junto con estas posibilidades, el tiempo libre tiene en la adolescencia algunos riesgos importantes: confundir ocio con ociosidad. Creen que lo propio del tiempo libre es no hacer nada, piensan que si en ese tiempo hacen algo con esfuerzo no descansan ni se lo pasan bien. Por eso hay que aclararles que el ocio no es ociosidad, sino cambio de actividad pero actividad. El ocio es descanso activo, tiempo ocupado con actividades creadoras.
A pesar de todo eso muchos de ellos no se divierten, se aburren porque hay un exceso de oferta y porque le dan un ritmo excesivamente rápido, trepidante, a su vida diaria. Viven de forma acelerada, precipitada. Por último, los adolescentes, cuando se divierten, huyen de su propia realidad personal para conseguir cosas que están fuera de ella.
El problema del aburrimiento no se debe a factores externos sino internos: no se ven a sí mismos como seres interesantes.
En ocasiones con el consumo de bebidas alcohólicas y/o drogaspretenden olvidar sus problemas, animarse cuando están cansados o deprimidos, ser aceptados y tener éxito en el grupo de iguales y de amigos, comprobar qué es lo que ocurre, no desentonar dentro de un ambiente de diversión en el que todos beben.
¿Qué podemos hacer los padres?
Hacer de la familia un lugar de encuentro entre padres e hijos que favorezca y comparta diferentes tipos de ocio: con la familia también se deben realizar actividades de ocio.
Dar ejemplo de personas que entienden su tiempo libre como tiempo para el ocio: que los hijos vean que sus padres tienen hábitos interesantes y que saben divertirse.
Dar buen criterio a los hijos respecto al: tipo de lectura, de televisión, de cine y de diversiones convenientes
Estar informados de modo habitual acerca de cómo emplean los hijos su tiempo libre: dónde están y con quién; qué hacen; a qué hora y en qué estado vuelven a casa. Esta información se puede obtener a través de los propios hijos, de otras personas de la familia, por observación directa, etc. Es importante que los padres no nos dejemos llevar ni por la ingenuidad ni por la desconfianza sistemática en el adolescente.
Tener una postura clara y estable con respecto a la diversión como “salidas/quedadas”: proponerle que organice su propia “quedada”, su propio ambiente o autorizar la “quedada” típica pero con algunas condiciones: hora máxima de regreso, no ir a determinados lugares, no llegar bebido, etc.
No se trata simplemente de prohibir, sino de que el adolescente se prohíba a sí mismo las malas diversiones tras advertir que no valen la pena y que le perjudican.
Hacer que el adolescente reciba información preventiva sobre los efectos del consumo inmoderado de bebidas alcohólicas sobre la salud: saber detectar a tiempo una posible adicción estando atentos a la aparición de ojeras, ojos enrojecidos, fatiga, apatía, carácter conflictivo, etc.
Conseguir que los hijos no se abandonen a sí mismos en su tiempo libre: procurar que se levanten y acuesten a una hora fija; que estén siempre ocupados; que aprendan a divertirse sin dinero o con poco dinero.
Ser fuertes ante las presiones continuas de los hijos y del ambiente que les apoya: para no cumplir el horario de regreso a casa, para obtener cada vez más dinero para sus diversiones, para ver cada vez más la televisión  o para verla cuando hay que estudiar, ayudar en casa o dormir.
Conseguir que dediquen una parte de su tiempo libre a colaborar en actividades de tipo asistencial y humanitario: por ejemplo en alguna asociación u ONG con el objetivo de que desarrollen actitudes de solidaridad, que adquieran un conocimiento más realista de la vida, que se conformen con lo que tienen evitando quejas.
Elegir cuidadosamente el lugar de vacaciones de la familia: que sea un lugar donde haya buen ambiente para los hijos.

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